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Reformas: Obra mayor vs Obra menor. Diferencias clave.

OMO Comunicación 21 julio 0 Comments

Reformas e Interiorismo. Todo lo que debes saber.

Una obra puede ser considerada mayor o menor dependiendo de ciertos aspectos. Entre ambas existen unas diferencias clave.

 


Conocer la magnitud del proyecto que vas a llevar a cabo es importante a la hora de solicitar permisos o establecer medidas de seguridad, por ejemplo.


 

Si quieres conocer las diferencias claves entre una y otra, ¡no pierdas detalle de todo lo que te vamos a contar a continuación!

 

Cómo diferenciar entre obra mayor y obra menor y entender la dimensión de las reformas

Como puedes sospechar por su nombre, los términos mayor o menor hacen referencia al grado y la magnitud de la intervención. Por norma general, cuando las reformas que realizas afectan a elementos estructurales, estamos hablando de una obra mayor. Pero veamos más en profundidad las particularidades de cada tipo.

 

Obra mayor

Como hemos dicho, se trata de obras que tienen como objetivo la modificación de aspectos que afectan a la estructura del edificio. Son proyectos con una complejidad elevada y, por tanto, necesitan estar supervisados y autorizados por el Colegio Oficial de Arquitectos.

El profesional a cargo deberá desarrollar un proyecto técnico, un requisito indispensable para poder presentar la solicitud que te permitirá conseguir la correspondiente licencia de obra mayor. Este procedimiento es competencia del ayuntamiento local y puedes realizarlo de forma telemática o presencial.

Dentro de esta categoría, se pueden incluir los cambios en el exterior de la edificación, como pueden ser las remodelaciones en fachadas y cubiertas, la eliminación de barreras arquitectónicas, un cambio de caldera o abrir un hueco en un muro de carga. Las reformas integrales que afecten al volumen o a la superficie de la vivienda también son consideradas obras mayores.

 

Obra menor

Por contraposición, en este apartado se sitúan todas las labores de construcción restantes; es decir, aquellas que no repercuten en la arquitectura de la vivienda.

Como es lógico suponer, este tipo de obras son mucho más simples y requieren un desembolso de dinero menor para su ejecución. Al ser trabajos más sencillos y que no afectan a la estructura del inmueble, no es necesario encargar un proyecto técnico. No obstante, sigue siendo imprescindible que solicites tu licencia de obra menor para poder llevar a cabo tus planes de mejora.

Pintar, cambiar el pavimento, las pequeñas reparaciones, quitar un tabique o variar las dimensiones de una habitación sin tocar los elementos de carga son algunos de los ejemplos más comunes en esta categoría. Son reformas que la mayoría de las veces implican una mejora a nivel de interiorismo.

 


Ahora que ya sabes diferenciar a la perfección entre los diferentes tipos de obra, te resultará mucho más fácil saber qué permisos debes solicitar y cómo enfrentarte al proyecto que tienes entre manos de la mejor manera posible.


 

Recuerda, por último, que no cumplir con la normativa vigente puede conllevar la imposición de multas de diversa consideración por parte de las autoridades.

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